domingo, 20 de febrero de 2011

A la tercera va la vençuda

¿Dónde está lo que me gané?
Una puñalada. Ese es el regalo.

¿Quieren cambio? Habrá cambio.
No bueno, claro.

Hay cosas que nunca las vamos a entender.
Y llega un punto en que dejas de creer en eso... ¿Cómo se llama?
AMOR.

No son celos, es rabia.
No hace falta ir dando besos virtuales, ni pedir perdón cuando me has quitado la persona que más quería en el mundo.

No escribo más, estoy harta. Muy harta.
Bien cierto es que la confianza da asco.

No estaré allí cuando me busques.

sábado, 19 de febrero de 2011

viernes, 11 de febrero de 2011

Sabor amargo

Son casi las tres de la madrugada, me levanto dentro de 5 horas más o menos y necesito dormir 8 mínimo. Las semanas me están dejando K.O.. Aunque no lo parezca estoy aquí por ti. No lo leerás si no es que te pones a rebuscar en mi perfil de blogger o te lo pasa quien nosotros ya sabemos. No puedo hablar contigo, sé cuál será tu respuesta. Sí, me lo has dicho mil veces, por eso mismo no voy a hablar contigo.
Idiota fui el día que quise compartir mi vida con la tuya. Llámame lo que quieras, soy tonta por quererte.

Decidiendo. Y con sabor amargo.

Cómo me defino

Me siento estúpida, gilipollas, imbécil, inútil, burra, idiota y demás adjetivos que se escaen de maravilla en mi persona en este momento.

Adiós ranita

Sus sonrisas, sus ojos verdes, sus labios, todo él, aquello que te llenaba. Tú se lo devolvías tímidamente e ilusionada. Parecía que todo iba por buen camino, no había quejas, discusiones... Era perfecto.
Pero había algo, algo que no terminaba de encajar. Las palabras eran lo menos creíble. Hablaba, te decía que debías tener paciencia, pero llevas cinco meses esperando con cara de boba. A ti ya no te toman el pelo. Has crecido, te has levantado de otras hostias y esta no te duele como podría hacerlo, pero duele, y duele porque sigues teniendo ese puto sentimiento hacia él.
Ahora te encuentras sola, en tu habitación, pensando. No puedes decidir quién serás tú en la vida de otro. Lástima, lo hubieses dado TODO por él.
No hay más palabras, sí lágrimas que no merece y que por orgullo no saldrán a recorrer la cara de la idiota.

Adiós ranita, hasta siempre.